¿Sabías que con un beso además de producirte placer y bienestar, transmiten hasta 80 millones de gérmenes en apenas 10 segundos de contacto? La mayoría no supone un riesgo para la salud, sin embargo, hay microrganismos menos inofensivos que tenemos la mayoría de la población y que se transmiten por el contacto, como el famoso virus del herpes.
El herpes labial u oral, más conocido como fuego, es causado por el virus del herpes simple tipo 1 (VHS-1), cuya infección afecta al 15-30% de la población mexicana, aunque alrededor del 90% de la población es portadora de este virus. ¿Es peligroso? No, pero por su rápida propagación es importante no minimizar el problema, ya que puede esparcirse fácilmente.
Lo que debo saber sobre el herpes labial
- Aparece normalmente en forma de ampollas a nivel del labio, aunque las lesiones también pueden brotar en encías, paladar de la lengua y faringe.
- Es una infección de fácil contagio (por contacto con la piel al tocar o besar) y predomina en épocas de calor.
- Es una enfermedad que no se elimina, una vez que te infectas de herpes labial el virus se queda “latente” en tu cuerpo y puede volver a aparecer si alguna situación te afecta, como cuando bajan tus defensas, te da fiebre o, en el caso de las mujeres, se presenta el periodo menstrual.
- Ataca sobre todo a personas inmunodeprimidas, es decir, cuyo sistema inmune no esté en condiciones óptimas de defenderse del virus.
- Los síntomas pueden durar hasta 4 semanas.
- Las medidas higiénicas son indispensables. Mantener secas las zonas de erupción de las lesiones y no manipularlas evita la propagación del virus a zonas aledañas y, por tanto, la propagación de la infección.
- Tomar medidas dietéticas: una alimentación balanceada, además de descanso, ejercicio y evitar situaciones de estrés, contribuye a mantener un sistema inmunológico óptimo ante esta infección.
- Los fármacos de uso local o tópico, como Cicloferon®, permiten prevenir la multiplicación del virus y aliviar los síntomas tan molestos.
¿Qué hago si me sale un fuego?
- Evita esparcir el virus. No compartas artículos personales (cubiertos, vasos, toallas, rastrillos, maquillaje), no beses a otras personas, también evita manipular la lesión y tocar otras partes de tu cuerpo para no llevar el virus a otras zonas.
- En caso de incremento o persistencia de los síntomas, acude con un médico certificado para que te indique un tratamiento y/o descarte otra infección asociada.