No importa si has sufrido uno o los dos, las aftas y los fuegos labiales tienen una cosa en común: son incómodos y dolorosos, hagas lo que hagas. Pero más allá de eso, las diferencias entre una y otra afección son muchas, aunque ambas se encuentren en la zona de la boca.
Hablemos de las aftas: lo primero que podemos decir de ellas, es que son protuberancias de color blanco, amarillo o gris, rodeadas por una zona enrojecida y que se caracterizan por aparecer dentro de la boca, principalmente en los labios o encías; mientras que los fuegos labiales son ámpulas llenas de agua, que aparecen fuera de la boca, debajo de la nariz y mentón.
Otra gran diferencia, es que hasta el momento no se conoce la causa exacta de la aparición de las aftas, aunque se relacionan con factores como el estrés, las alergias, el hábito de fumar o la falta de hierro y no son contagiosas; contrario al fuego labial, causado por el virus del herpes simple tipo 1 y es altamente contagioso.
Una vez que se contrae el virus del herpes, este vivirá en tu piel para el resto de tu vida y se manifestará en forma de fuego labial de forma ocasional, siendo los principales factores de su aparición los cambios de clima, baja de defensas, cambios hormonales o estrés.
La buena noticia es que sí puedes prevenir su aparición si lo atiendes desde los primeros síntomas, si sientes ardor, comezón o cosquilleo, es momento de aplicar una crema antiviral como Cicloferon®, que previene, detiene la multiplicación del virus y alivia las molestias.
Olvídate de los remedios caseros
Si el fuego ya apareció, ¡no lo empeores con remedios como el limón o el ajo! Si aplicas Cicloferon®, te ayudará a acelerar el proceso de cicatrización, ¡pero no lo apliques en tu afta! Cicloferon® es únicamente para uso externo y para el alivio del fuego labial. Confía en el experto.